Siempre que nos toca trabajar en entornos con agua la cosa se pone interesante. Las complicaciones aumentan, pero también la diversión y, al final de lo que se trata es de que las fotos cuenten historias. Hoy os queremos explicar cómo llevamos a cabo una de esas sesiones acuáticas, paso a paso, con sus aciertos y sus fallos. Os dejamos con algunos ejemplos, la explicación, tras el salto.

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Lo primero que hay que tener en cuenta siempre que se mezcla agua y equipo fotográfico es la seguridad, así que empecemos por ahí.

Mi cámara iba protegida por una funda, no una carcasa, que conste. Básicamente es una bolsa de plástico grueso, con cierres firmes y fuertes. No aguanta gran profundidad, pero para hacer fotos como estas es más que suficiente. En el mercado hay varias marcas, yo usé una relativamente económica de marca Dicapack que en España comercializa Starblitz, pero hay varias opciones más. Precio aproximado: unos 100€.

Para proteger los flashes yo uso bolsas de congelado, de esas de plástico con cierre hermético. En realidad solo me protegen de salpicaduras, ya que la bolsa no va cerrada. Si tenemos en cuenta que voy a meter los flashes, sobre su pie de flash, en el agua, quizá suene un poco temerario por mi parte, y seguramente lo sea, pero al final siempre hay un cierto grado de riesgo que has de asumir. Asegúrate que los flashes están firmemente unidos al pie de flash, ponles la bolsita encima ¡y encomiéndate a la buena suerte!

Nota: Un buen amigo me ha recordado que si cierro con cinta adhesiva la bolsa por debajo, alrededor del pie de flash, gano un poquito de seguridad extra en el caso de que se me caigan al agua, y tiene razón. Así que ya sabéis, bolsa a modo de capuchón, y luego unas cuantas vueltas de cinta adhesiva por debajo lo más ajustado posible. Si se cae al agua corre a sacarlo y apaga todo lo más rápido que puedas, y no lo enciendas hasta que pasen unos cuantos días, una semana por ejemplo. Si la piscina es de agua salada, date por… fastidiado.

Además, y sobre todo en invierno, es importante llegar a la piscina con MUCHO tiempo de antelación, porque si hace frío fuera, al entrar en el recinto cerrado y aclimatado de la piscina SEGURO que se te van a empañar las lentes, y créeme, da igual lo que pruebes, la única solución para eso es esperar a que se quite solo.

Habitualmente yo suelo ir a estas sesiones con “los deberes hechos”, esto es, me he informado y documentado antes de la actividad o deporte que voy a fotografiar, pero en este caso, y dado que era una actividad nueva en el centro deportivo para el que trabajaba tuve que usar otra estrategia. En casos así, lo que hago es ponerme en manos de la persona a los mandos, en este caso de Carlos, que es el monitor que imparte la actividad y que me explicó muy someramente en qué consistía.

Así que el primer consejo es “ESCUCHA Y VISUALIZA”, tu labor es escuchar atentamente lo que te están contando con palabras y tratar de imaginarte qué potencial fotográfico tiene.

En este Carlos me habló de que se trataba de una actividad tipo circuito con actividades fuera del agua, en el agua y debajo del agua.

Descarté rápidamente las de fuera porque eso no representa bien la principal característica de la actividad (que se hace en una piscina), y me centré en las que se hacen en y debajo del agua. Carlos me contó varias actividades que hacían pero fue hablarme de “lanzar cubos llenos de agua” y rápidamente supe que eso era lo que quería. Como siempre hay que tener un plan B por si el cliente prefiere otra cosa, así que decidí hacer también una de las actividades de debajo del agua, pero me centraré en lo primero.

Lo que captó mi atención de eso de “lanzar cubos de agua” fue la posibilidad de jugar con chorros de agua, que siempre dan mucho juego en fotografía publicitaria, que lo que busca es impactar visualmente.

Como casi siempre en estos casos hay poco tiempo, por lo que tienes que trabajar rápido, asumiendo que los resultados no serán “perfectos”, pero si “suficientemente buenos”. Parece una tontería, pero no lo es. Los perfeccionismos hay veces que están de mas.

Tenía claro que la apariencia que quería en las fotos era con fondo negro, por lo que lo primero es matar la luz ambiental y dejar que sean los flashes los que iluminen lo que yo quiero.

En un entorno con tan poca luz como una piscina cubierta eso no es demasiado difícil, basta con bajar la ISO, disparar a alta velocidad, y ya tienes fondo negro.

En este caso fue 1/1250sg f 2,8 ISO 100, al final del artículo hago mención a algo importante a este respecto, pero por ahora lo dejaremos aquí.

Lo siguiente fue rápidamente colocar flashes de forma que el chorro de agua tuviera luz de contra, porque eso es lo que hace que resalte, y alguna luz que ilumine también a Carlos, porque si no se quedaría como una silueta. En condiciones normales esto lo montaríamos luz a luz, paso a paso, pero como dije, había poco tiempo, así que hay que tirar de experiencia y hacerlo todo a la vez.

Coloqué pues un flash detrás de Carlos, dentro del agua, que se quedara oculto detrás de su cuerpo, y un flash fuera de la piscina para asegurar luz en el sujeto.

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1/1250sg f 2,8 ISO 100

Esta fue la primera prueba con solo el flash detrás (se ve asomando detrás de la cabeza) y el flash de fuera de la piscina a mi derecha. Está claramente subexpuesta, es solo un punto de partida, pero la experiencia me dice que una vez que el agua se lanza las gotas hacen una especie de “efecto lupa” y la luz parece que se multiplica, por lo que decidí hacer una prueba con agua.

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1/1250sg f 2,8 ISO 100

Efectivamente, al meter agua la luz de contra parece multiplicarse, aún así estaba aún subexpuesta, pero lo que realmente llamó mi atención en esas primeras pruebas es que el agua apenas tenía color, y eso era importante. Si falta color es porque falta (o sobra) luz, y en este caso eso se soluciona con un tercer flash al otro lado, a mi izquierda, y ligeramente picado hacia abajo para dar color al agua, pero sin dejar de apuntar a Carlos. Además, eso sumaría más luz total, así que matábamos dos pájaros de un tiro.

Este simple esquema de tres luces, dos a 45 grados por delante, y una de contra desde atrás es muy versátil, ya que te permite hacer muchas variaciones tan solo con variar la potencia de las luces.

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1/1250sg f 2,8 ISO 100

¡Bingo! Ya tenemos color en el agua, y ya tenemos luz en Carlos. A cambio hemos perdido cierto dramatismo que nos daba el hecho de tener una sola fuente de luz e n Carlos, y, por tanto, sombras potentes y dramáticas. Todo en fotografía tiene su parte buena y mala.

 

Además decidí pedirle que se moviera un poco de forma que la luz de contra quedara a mi derecha, fuera del encuadre, y no tan de frente a mí. Eso lo hice porque la experiencia me dice que cuando los gestos son bruscos, como saltos o lanzamientos, es casi imposible acertar con disparar justo en el momento en el que la luz de contra queda tapada, así que mejor ir a lo seguro.

En ese momento debí haberme dado cuenta de algo que tarde aún algunos disparos en ver, lo veremos más adelante pero… ¿lo ves tu? ¿ves que hay algo que falla?

Una vez con todo más o menos a mi gusto, repito que no tenía que ser perfecto, tenía que ser aceptable, empezamos a disparar.

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1/1250sg f 2,8 ISO 100

Claramente el problema aquí era de posición, ese flash de contra no puede aparecer en la foto, así que en las siguientes Carlos se separó un poco de él y yo también me fui un poco hacia mi derecha.

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1/1250sg f 2,8 ISO 100

A partir de aquí ya sabía que podíamos ya disparar sin miedo, el esquema estaba claro y funcionaba.

Hay cosas manifiestamente mejorables en la foto, sin duda, pero nada que no se pudiera conseguir en la fase de edición sin demasiada complicación. Recordemos que no se trata de conseguir fotos perfectas, si no de conseguir fotos “suficientemente buenas”, o sea, aceptables.  Si sobra tiempo, luego ya puedes ser todo lo perfeccionista que quieras, pero primero hay que asegurar el trabajo.

Ahora se trataba de lo que parece casi lo más complicado, acertar con el momento del disparo (cuando se dispara con flashes de mano no se puede “ametrallar”, los flashes no se reciclan tan rápidamente, así que es un solo disparo de cada vez).

En este caso hay dos factores a tener en cuenta, por un lado hay un “momento dulce” para el agua y otro para Carlos, y lo que hay que hacer es decidir cuál es más importante visualmente, porque los puntos medios no suelen funcionar. El momento dulce para Carlos posiblemente fuera cuando está llenando el cubo, pero obviamente era muchísimo más impactante tener el chorro de agua volando así que el momento de disparar era cuando eso estuviera en su máximo apogeo.

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1/1250sg f 2,8 ISO 100

Tarde. Ni hay chorro ni hay fuerza en la pose, ni nada de nada. Muchas veces se trata de tener paciencia, de no dejarse llevar por los nervios y tener calma. A veces es cuestión de disparar un pelín antes, otra un pelín después.

No dejes que te venza la frustración, sigue intentándolo y al final lo conseguirás, seguro. A veces parece que todo sale perfecto a la primera y tienes 30 fotos seguidas en el momento perfecto, y a veces pasa justo al revés, y si, es desesperante, tú mismo te metes presión, porque sabes que quien está posando para ti está haciendo un esfuerzo físico importante y no está teniendo resultados por “tu culpa”. Aleja esos pensamientos y céntrate en la foto, si le das vueltas la vas a pifiar cada vez más.

Una vez hechas varias fotos que si que servían cambié el punto de vista, sin cambiar a Carlos de sitio ni orientación. El flash que antes tenía a mi izquierda ahora se convierte en mi flash de contra.

 

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1/1250sg f 2,8 ISO 100

Mismo problema que antes, ese flash no debería verse, pero el momento es bueno. Además Carlos se está dando sombra a sí mismo, cosa que evitamos si se gira ligerísimamente hacia el flash que queda a la izquierda de la foto, y si yo disparo un pelín más tarde, porque el cubo lo tendrá más encima del hombro. Todo esto es lo que hay que hacer al ver la foto en la pantalla, fíjate en lo malo, como si la foto no fuera tuya.

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1/1250sg f 2,8 ISO 100

En esta, aunque se vea el flash, no es grave, ya que es relativamente sencillo de borrar. Podría colar.

Te recuerdo la pregunta anterior… ¿ves algo mal hecho en estas primeras fotos? Es algo muy evidente, y sin embargo yo tardé un poco en darme cuenta… ¿lo ves?

Te saco de dudas. El cubo, al ser negro se funde con el fondo, y casi no se ve, eso es MUY GRAVE. Todo el esfuerzo realizado hasta ese momento podría no servir para nada si la foto, finalmente, no se entiende. Por eso es tan importante que veas tus propias fotos como si no fueran tuyas, lo sé, soy un pesado con esto. Olvídate de lo que has trabajado y de lo que tenías en mente, mira la foto como si fuera de otro y trata de ver si se entiende, si tiene fuerza, si hay algo que no esté del todo bien, en definitiva, se MUY crítico.

Solo se podía solucionar de dos maneras, o metía más luz, y contaminaba probablemente el fondo, o buscábamos un cubo de otro color. Opté por lo segundo, así que pedimos ayuda al gran Claudio, el mago de mantenimiento del centro Fitness Sports Valle de las Cañas donde estábamos, y nos consiguió un cubo azul, que pese a ser oscuro si que nos daba una cierta ventaja, y ya se veía, así que decidimos repetir las fotos del principio con este cubo y así asegurar que la foto se entendería.

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1/1250sg f 2,8 ISO 100

Esta vez volví a meter el flash justo detrás de Carlos, porque me di cuenta de que el momento del disparo, cuando el agua estaba visualmente más chula era un momento en el que Carlos ya había hecho el gesto, por lo que bastaba con que parase el movimiento, en lugar de volver a empezar inmediatamente, de forma que el cubo tapase ese flash trasero. Eso provoca que el agua más próxima al flash esté demasiado quemada, pero nada que no se pueda suavizar con la edición posterior.

 

Estamos ya muy cerca de la foto definitiva. ¿qué falta? Pues que esa estela de agua esté completa, y no cortada como en esta foto anterior. Ya queda menos.

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1/1250sg f 2,8 ISO 100

¡Premio! Lo más difícil ya está hecho. Ahora era cuestión de verificar que la foto estaba correctamente enfocada y darla por buena. El resto del trabajo se haría en edición.

Antes de terminar decidí hacer algunas tomas desde el mismo punto de vista, pero llevando la luz de contra a mi izquierda del todo, sacándola del encuadre por si acaso al final nos eran útiles (recuerda, siempre has de darle al cliente opciones, por muy seguro que estés de que tu opción A es la buena).

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1/1250sg f 2,8 ISO 100

Por cierto, en esta se ve muy bien el uso de las bolsas de congelado para proteger el flash de salpicaduras.

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1/1250sg f 2,8 ISO 100

Finalmente decidí repetir algunas de las fotos que hicimos con el otro cubo y desde el otro punto de vista, para tener más opciones. Y probando con el cubo a un lado y a otro…

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1/1250sg f 2,8 ISO 100

 

Os dejo la secuencia completa hasta acertar, para que veáis que no es coser y cantar, que hay que disparar muchas veces hasta acertar, y que a veces sale y otras no. No lo pongo como un ejercicio de auto flagelación, es para que se vea que hay veces que te equivocas repetidamente y disparas una y otra vez en el mismo punto incorrecto, o demasiado pronto, o demasiado tarde. Es normal, aparta los pensamientos negativos y concéntrate. Al final sale.

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Por último, os pongo un video que se grabó en uno de los momentos de la sesión, no es de gran calidad, pero creo que sirve bien para mostrar cómo se hizo todo esto:

Siempre repito como un mantra eso de “tienes que ver tus fotos como si no fueran tuyas”, de hecho lo he dicho un poco más arriba varias veces, así que vamos a ello.

¿Qué es lo que haría distinto ahora? Pues sin duda abriría más el diafragma. Todas están disparadas a  f 2,8 y esa apertura, fruto de las prisas, hace que la profundidad de campo sea demasiado escasa, evitando, entre otras cosas, que la estela de agua esté enfocada en su totalidad.

Además en este tipo de fotos yo no uso el enfoque automático, hago un enfoque previo con el sujeto parado y lo bloqueo, pero con aperturas tan grandes es fácil (de hecho me ha pasado en esta sesión), que al moverse mínimamente Carlos, haya fotos que no estén 100% enfocadas cómo y dónde debieran.

Hay veces que las condiciones te obligan a usar la máxima apertura posible, pero este no era el caso, y fue un error.

Nos queda ver la edición posterior, pero eso ya será en la siguiente entrada. ¡Manténganse atentos pues!

 

Nota: Las fotos se hicieron para la publicidad de una nueva actividad, “AquaXtreme”, del centro deportivo Fitness Sports Valle de las Cañas, de Madrid.