Hoy os presentamos una de nuestras imágenes más icónicas. La foto del potente boxeador Silvio Olteanu, ex campeón de Europa de peso mosca y monitor de boxeo en el Centro Fitness Sports Valle de las Cañas, para el que trabajamos habitualmente.
Como siempre os vamos a contar todo paso a paso, incluidos los errores. Solo así se aprende.
Lo primero cuando tienes que hacer una sesión como esta es llegar con tiempo, con mucho tiempo de antelación. Parece una tontería pero no lo es en absoluto. Llegar con tiempo te permite tener todo listo cuando llegue el deportista, adelantarte a las posibles complicaciones que pueda haber, y no hacer perder el tiempo a la persona a la que fotografías.
Esto es aún más importante en el caso de que trabajes con deportistas de élite, ya que tienen sus horarios medidos al minuto. En algunos casos te van a dejar poquísimo tiempo para realizar las fotos, así que todos los experimentos los has de hacer antes de que llegue. En este caso la sesión fue mucho más relajada, tuvimos tiempo de sobra para hacer pruebas, pero aún así siempre es aconsejable llegar con mucha antelación.
Muchos fotógrafos dicen que hay que ir con una idea preconcebida, con las ideas claras antes de enfrentarte a una sesión. Yo no trabajo así casi nunca, por lo general suelo llevar ciertos «apuntes mentales» que he hecho con antelación, a base de hablar con el cliente, de escuchar qué tipo de imagen buscan, de mirar fotos de ese deporte en internet (yo tengo una carpeta que llamo de «alimento neuronal» en la que voy guardando fotos que me inspiran y que visito de vez en cuando) y de dejarme aconsejar por quienes más saben del deporte que voy a fotografiar.
Esta era mi primera vez fotografiando boxeo, por lo que era vital hablar con Silvio antes de empezar, escuchar un poco sus ideas, y compartir con él los deberes que traía hechos de casa.
Como se trataba de una imagen para cartelería publicitaria era importante que tuviéramos una foto «limpita», con fondos que no fueran intrusivos y con la luz mandando sobre la imagen, guiando la atención sobre lo que queremos.
La primera idea era usar la pared blanca como fondo, colocar un flash hacia ella y dejar que casi se quemase para tener esa apariencia típica de fondo blanco de estudio.
Esta primera prueba, si mal no recuerdo, solo tiene el flash rebotado a la pared. No te fijes en los datos de la toma, no son importantes, se trata de hacer una primera prueba para ver si la apariencia de la foto podría servir. Son sólo los primeros pasos.
La foto no transmite fuerza, es blandita, pese al gesto potente de Silvio, la foto carece de «punch», así que rápidamente cambiamos a buscar un fondo negro.
Lo primero que pensé es que si podía usar un fondo portátil negro que tengo, me podría ahorrar tener que complicarme la vida con calcular dónde va a caer la luz de los flashes, ya que la pared del fondo estaba relativamente cerca y era fácil que se contaminara de luz. Si lograba encajar el fondo, a lo mejor no tenía que matar la luz ambiente, y eso es una complicación menos. Fui demasiado optimista:
La prueba de que de los errores siempre se saca algo, es que en esta foto ya hay un par de cosas adelantadas. Como se suponía que íbamos a un fondo negro ya supuse que el saco, al ser también negro, se iba a empastar con el fondo, por lo que aproveché en esta prueba para añadir un segundo flash, a la izquierda, que recortase el saco.
El siguiente paso fue girar el flash que antes enfocaba a la pared, hacia el boxeador. El flash sigue por detrás de él, y recorta su figura perfectamente y, de paso, sirve para recortar el lado derecho del saco. Dos pájaros de un tiro.
Lo primero que sorprende es que la pared blanca se ha vuelto rosa. Digamos que muy de boxeo no parece lo de tener un fondo rosa, pero es fruto del suelo rojo, al rebotar la luz contamina de rojo la pared. No hay mucho que podamos hacer para evitarlo, en todo caso eso es corregible durante la edición.
¿Qué le pasa a esta foto? Eso es lo que siempre hay que preguntarse. Ver la foto como si no fuera tuya, y ser absolutamente crítico. Lo primero que vi es que el flash de la izquierda, que tenía que servir para recortar el saco aquí no había surtido efecto. Sencillamente es difícil apuntar correctamente con el flash, porque el saco se mueve a cada mamporro que le da Silvio. Así que reorienté el flash calculando un poco hacia dónde se movía el saco, y el resto es cruzar los dedos y esperar que todo encaje.
Cuando trabajas con flashes de contra, orientados hacia el fotógrafo, es fácil que, al moverse el sujeto, se cuele luz o, como en este caso, se vea todo el flash. En este tipo de fotos no me desagrada en absoluto, y es un efecto que a menudo busco intencionadamente.
Hay otra novedad en esta foto, se ha añadido un tercer flash, que se encarga de rellenar la figura del boxeador, ya que si no quedaba demasiado en sombra. No está a mucha potencia, lo justo para levantar las sombras sin cargarnos el contraste de la imagen, que es lo que le da carácter y garra a la imagen.
Si te has fijado en los datos de la foto anterior a la del esquema, seguramente te haya sorprendido esa velocidad de solo 1/250 de segundo. Lo cierto es que una de las cosas que más me sorprendió de Silvio es la absolutamente increíble velocidad a la que lanza los puños, así que… ¿no sería lo suyo disparar muchísimo más rápido? Pues no necesariamente, en estas primeras tomas mi idea era no congelar del todo el movimiento, darle una chispa extra de movimiento, y además sabía que si era cuidadoso en el momento en el que disparaba podía aprovechar momentos donde, aunque no lo parezca, la velocidad de los movimientos es menor. Aún así, mas adelante subiríamos mucho esa velocidad.
Con esta imagen ya hemos logrado el primer punto de tranquilidad, ya tenemos algo mínimamente decente y podemos centrarnos en otras cosas que no son ya la luz.
Por lo general, en fotografía deportiva es bueno «perder» algunas fotos y dedicarnos a ver cómo es el gesto que tenemos delante. Eso nos servirá para acertar luego en el momento de dispara. Cuando estés viendo, sin cámara, al deportista, fíjate en qué partes del movimiento pueden servirte mejor y si la luz que tienes casa bien con esos movimientos. En este caso yo le había pedido a Silvio que realizara breves series de puñetazos al saco, y toda la sesión fue así, 10-12 puñetazos y 2 ó 3 disparos por mi parte, y luego a repasar las fotos y compartir con él para que me diera su punto de vista.
Lo de compartir con el deportista es muy importante, salvo que tu seas un experto en el deporte que estás fotografiando, es vital que el deportista te dé el visto bueno a la foto. A ti te puede parecer que la foto mola mucho, y resulta que el gesto es técnicamente malo. Ojo con eso.
Hice una pequeña corrección de velocidad de obturación, la subí a 1/500 de segundo para garantizarme un poquito más de nitidez.
Es importante, al revisar las fotos en la pantalla de la cámara, ser muy crítico, pero no perder del todo la perspectiva. Hay que saber qué es corregirle, o mejorable posteriormente en la fase de edición, y qué hay que solucionar en el momento de la toma. Esta foto es un ejemplo claro, aunque pueda parecer que no es una foto perfecta, y no lo es, una vez pasada por la fase de edición quedaría así:
El siguiente paso fue pedirle a Silvio que se quitara la camiseta. El boxeo se practica sin camiseta, pero quisimos empezar con ella puesta para darle al cliente opciones. Como siempre, tu cliente tiene que tener dónde elegir, por muy buena que creas que es tu opción.
¿Ves algo nuevo en esta foto de prueba? Si, es evidente, la foto parece subexpuesta, y sin embargo no hemos cambiado nada de los ajustes. La razón es que la camiseta, al ser blanca, rebotaba luz, y al quitarla ahora tenemos que subir un puntito la potencia del flash de relleno, el último que pusimos..
Repetimos secuencias durante un rato, estas son:
Llegó el momento de cambiar la velocidad de obturación y subirla para garantizarnos que congelábamos el movimiento, así que la doblamos a 1/1000 de segundo.
Después de unas cuantas tandas de fotos, llegamos por fin a LA foto, que salió así de la cámara, antes de la edición (la versión editada es la que encabeza esta entrada).
Como suelo decir, a veces es mejor sacrificar un poco de perfección a cambio de fluidez en la sesión.
El resto de la sesión fueron varios cambios de pose y luces, pero esa es otra historia.
Nos queda la 2ª parte, la edición de la foto, nos vemos en una semana.
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