Hoy os vamos a explicar cómo hicimos esta impactante foto de Longboard Skate. La foto se hizo para la gente de Carving Social Club, una empresa radicada en Madrid y especializada en Surfskate. Si no tienes muy claro lo qué es, no dejes de visitar su web o su página en Facebook, y verás como te da ganas de probarlo.
Quedamos una tarde fría del mes de enero, soleada pero fresquita, en el Parque de Camoens, lugar de encuentro habitual de los aficionados al longboard.
La idea era que las fotos, aparte de presentar los monopatines, tuvieran una cierta apariencia que encajara con el deporte. No podían ser simplemente fotos de acción deportiva al 100%, tenían que tener un cierto rollo especial.
Teníamos bastante claro que eso se podía lograr en la fase de edición, y precisamente esa es una de las cosas que más nos gusta de hacer fotos de longboard, que admiten una edición bastante más radical de las que solemos usar en otras disciplinas.
El surfskate es una modalidad que, a grandes rasgos, trata de imitar los gestos del surf sobre un patín. Se trata pues de GIROS y GIROS, la maniobrabilidad prevalece sobre la velocidad o cualquier aspecto, y dado que estábamos en una zona llana, decidimos facilitarnos la vida.
Nos decantamos en un principio por usar solo luz natural, mezclando con velocidades de obturación bastante bajas, y barridos. En estas primeras tomas lo que intentamos es hacernos una idea de la luz que tenemos, de las posibilidades de los sujetos que fotografiamos y de cómo conseguir esa apariencia molona que buscábamos en ña que jugaban un papel muy importante el dejar entrar luz parásita en las fotos, o sea, los reflejos, el «flare».
La casualidad hizo que esta primera prueba saliera chula, aunque no suele ser lo habitual.
En esta entrada no vamos a hablar demasiado de la edición posterior de las fotos, pero solo para que veáis lo que teníamos en la cabeza, esta es la visión final de esa primera foto:
En estos primeros compases es importante aprovechar cualquier oportunidad que tengas para medir la luz, el enfoque, o hacer pruebas.
Te sirve hasta un enano con su bici. Si pasa por delante de ti, aprovecha y ¡úsalo para hacer pruebas!
Hay que prestar mucha atención a los detalles, estar concentrado del todo en lo que haces, y atento a las oportunidades que puedan aparecer. Esto no es un estudio, aquí no tienes el entorno bajo tu control, así que has de adaptarte.
Fíjate bien en esa foto de arriba. ¿Ves algo que te llame la atención? Nosotros si lo vimos, y se convertiría en la clave de la foto final. Mira esos ruedines translúcidos rojos que lleva la bici, y fíjate como, al estar iluminados desde detrás, destacan maravillosamente.
Recuperaríamos posteriormente esa idea, ya lo verás. Por cierto, la misma foto, una vez editada es:
Les pedimos a los asistentes que hicieran pasadas por delante de nosotros, y conseguimos algunas fotos chulas, siempre jugando con barridos a muy baja velocidad. No buscábamos una imagen con nitidez, mas bien lo contrario, algo casi pictórico. Utilizar objetivos de tipo gran angular, y pedirles que se te arrimen sin miedo, ayuda a llenar la escena, y a que la sensación de movimiento sea mayor.
Lo que se hacía evidente a medida que hacíamos estas primeras pruebas, es que el contraste entre el sol de contra y la figura era excesivo, y muchas veces se nos quedaba demasiado en sombra, que si, que se podría levantar esas sombras en el procesado posterior, (de hecho lo puedes ver en la foto del enano ciclista, donde hemos levantado las sombras de su cara y hemos logrado que sea visible, cuando en la foto original apenas se veía), pero mejor si logramos meter un poquito de luz extra y compensar la luz.
Así que tocaba sacar los flashes. Nos decantamos por mantener esa apariencia que tenían las fotos de las primeras pruebas, solo agregando luz de relleno que levantase las sombras. Es un esquema que utilizamos muy a menudo en exteriores, dejar que la luz natural que haya, especialmente el sol directamente, como luz de contra, y que sean los flashes los que se encarguen de la iluminación frontal. Es un recurso muy chulo, que da siempre resultados muy potentes, aunque, como veremos, tiene sus problemillas.
Escogimos un punto donde el sol se viese bien claramente detrás, que no tuviera demasiados árboles que lo taparan, y nos pusimos manos a la obra. La idea era crear un «cono de luz» con dos flashes de mano a 45º más o menos, y luego volver a pedirles a los skaters que pasasen, justo en ese punto, y a la distancia convenida, de esa forma tendríamos un entorno relativamente controlado de luz y numerosas oportunidades de foto.
Los flashes irían desnudos, primero porque en esta disciplina la luz dura encaja, y además porque vamos a necesitar TODA la potencia posible de los flashes, y si usáramos ventanas reduciríamos potencia. Y súmale a todo esto, que al ir desnudos no había que preocuparse demasiado del viento que hiciera y del peligro de que nos tirara al suelo los flashes, una preocupación menos.
Lo siguiente es pedirle a alguien que te haga de modelo para medir la luz, en este caso fue nuestra amiga, y gran fotógrafa, Marta Longobardo.
El proceso es muy sencillo, le pedimos que se colocase justo en el centro de ese cono de luz que habíamos creado con los dos flashes, hacemos una primera prueba sin flashes, solo para ver qué ajustes nos da.
Esa velocidad de 1/30 es un poco escasa, puede servir, pero si se mueven con cierta rapidez es fácil que no tengamos casi nada, o nada, nítido en la imagen, así que decidimos duplicarla, a 1/60seg, que es aún así una velocidad muy lenta para fotografía deportiva, y además con esto conseguiríamos oscurecer el fondo, y tener un poco más de dramatismo en la imagen y un pelín más de saturación.
A partir de aquí ya se trataba de convencer a los skaters de que se arrimaran a mí sin miedo. Creedme que cuando usas un 17mm tienen que pasar muy, muy cerquita, así que tienes que estar convencido de que puedes confiar en su habilidad y de que tu seguridad no corre demasiado peligro… ¡¡Bahhhh, en realidad cuando estás haciendo fotos te olvidas hasta de tu propia seguridad y palante!!
Ya solo queda disparar y disparar, y afinar cada vez más. Además es buena idea ir enseñándoles lo que vas consiguiendo y darles instrucciones muy claras de lo que quieres. La clave era disparar cuando el skater tapaba el sol, total o parcialmente, y eso no siempre es sencillo, es una de las complicaciones de esta técnica, pero con práctica se consigue.
Ejemplo de lo que sucede cuando no disparas en el momento perfecto, y el sol de contra hace que apenas se vea la cara del skater.
Pero volvamos a nuestra foto de portada. En cuanto vi que sacaban un patín con ruedas traslúcidas rojas, me acordé de la foto del niño con su bici, y tuve claro que había que hacer una foto que sacase partido a esas ruedas de color caramelo de fresa.
Dicho y hecho, unas cuantas pasadas (cuatro, para ser exactos) y teníamos la foto.
Hagamos un repaso de la secuencia, que es viendo los errores como se aprende de verdad:
De esa foto anterior a la foto final, solo hay unos cuantos ajustes en Lightroom, y uno solo en Photoshop (quitar los dos puntos verdes de reflejo). Veamos cuál fue el proceso:
Ya solo nos queda quitar esos dos puntos verdes que es luz parásita que se nos ha colado (intencionadamente), pero que afean bastante la imagen final. Eso se hico en Photoshop, con relleno según contenido, y la imagen final es la que encabeza esta entrada:
Esperamos que no os haya resultado demasiado largo, y, como siempre, si tenéis dudas, dejádnoslas en los comentarios, y compartid esta entrada si creéis que vale la pena, que eso nos ayuda un montón.